viernes, 31 de mayo de 2013

EL MITO DE LOS DEBERES: ¿Por qué son perjudiciales para el aprendizaje y la convivencia? por Alfie Kohn

Visto en la web: el blog alternativo



Posted: 30 May 2013 06:20 AM PDT
mito de los deberes
“Creo que el efecto más perturbador es que la falta de interés de los niños por las tareas los lleve a adoptar una actitud negativa hacia el colegio y el aprendizaje en general. Diría que las tareas son el principal y MAYOR EXTINGUIDOR DE LA CURIOSIDAD INFANTIL. Queremos niños completos, que se desarrollen social, física y artísticamente, y que tengan también tiempo para relajarse y ser niños”
Alfie Kohn
El impacto de los deberes en la vida de las familias con hijos escolarizados es, en muchos casos, el siguiente:
  • una carga para las famlias
  • un estrés para los niños
  • un conflicto familiar
  • menos tiempo para otras actividades
  • menos interés por el aprendizaje
Esos son los temas que se tratan en los primeros capítulos del libro recién publicado en español “El mito de los deberes: ¿Por qué son perjudiciales para el aprendizaje y la convivencia” de Alfie Kohn, profesor, autor comprometido con la renovación pedagógica, uno de los críticos más destacables en EEUU del sistema educativio actual, experto en el proceso de aprendizaje y cómo se bloquea, y escritor de varios libros.
Existe un mito por el cual los deberes en casa (tras largas jornadas escolares) benefician a los niños y aportan responsabilidad, disciplina, hábitos de estudio y más. Pues Alfie Kohn tira por la borda este tipo de planteamientos y, avalado por multitud de investigaciones, concluye que “los deberes no proporcionan ningún beneficio académico para los alumnos de primaria y existen serias dudas sobre si son recomendables para los estudiantes de secundaria”. A pesar de esto, el sistema perpetúa los deberes sin ningún cuestionamiento de generación en generación por varios motivos:
  1. un conjunto de creencias equivocadas sobre el aprendizaje
  2. una desconfianza hacia la infancia y la juventud
  3. y un enfoque de la educación cada vez más contaminado por la competición.
El mito de los deberes: ¿Por qué son perjudiciales para el aprendizaje y la convivencia” analiza todo esto. Sus capítulos principales se titulan: “La verdad sobre los deberes”, “Seis razones por las que los deberes siguen existiendo (a pesar de lo que dicen las pruebas)” y “Recuperar la sensatez”; y, además de las críticas y desmitificación de los deberes, el autor plantea medidas concretas para cambiar lo que ocurre en las escuelas (y en nuestras casas) con el fin de rescatar el gusto por aprender de nuestros hijos y el bienestar en nuestras familias.
CanadáAustraliaFranciaEspaña, … el dilema de los deberes (y el desmantelamiento del viejo paradigma educativo) es un asunto que compartimos millones de familias en el mundo y Alfie Kohn nos aporta un gran material sobre el que reflexionar, abrir los ojos y CAMBIAR DE RUMBO.
A continuación adjuntamos las primeras y últimas páginas del libro:
homework

Perdiendo sus infancias

Tras pasarse la mayor parte del día en la escuela, a los niños se les mandan —por norma general— tareas adicionales para realizar en casa. Un hecho muy curioso cuando te detienes a pensar sobre ello, pero no tan curioso como el hecho de que muy pocas personas se detengan a pensar sobre ello. Merece la pena preguntarse no solo si existen buenas razones para apoyar la práctica casi universal de mandar deberes para casa, sino también la razón por la que esta práctica tan a menudo se considera como algo natural —incluso por un considerable número de familias y de profesorado a quienes les preocupa su repercusión en la vida de los niños—.
El misterio aumenta cuando se constata que las extendidas creencias sobre los beneficios de los deberes —mayor rendimiento académico y promoción de valores como la autodisciplina y la responsabilidad— no vienen corroboradas por la evidencia científica disponible. Como veremos más adelante, los datos en que se apoyan dichas creencias son débiles o inexistentes, dependiendo del componente específico que se esté investigando y de la edad de los estudiantes. Pero, de nuevo, esto rara vez ha provocado una discusión seria sobre la necesidad de los deberes, ni ha calmado las exigencias de que se manden todavía más.
Padres y madres hablan con frecuencia sobre los deberes de sus hijos, siendo uno de los primeros temas que surgen en las reuniones con los profesores, sean individuales (tutorías) o generales del aula. No hay mejor forma de asegurar la asistencia a una reunión de clase que avisar de que se van a proporcionar consejos sobre los deberes escolares. De forma similar, hay una demanda aparentemente ilimitada de libros que ofrecen ayuda con títulos como: The HomeworkSolution: Getting Kids to Do TheirHomework (La solución a los deberes: Cómo conseguir que los niños hagan sus deberes); Seven Steps to Homework Success (Siete pasos para el éxito en los deberes); Homework Rules and Homework Tools (Reglas y trucos para los deberes); Ending the Homework Hassle (Ponerfin a la molestia de los deberes); How to Help Your Child with Homework; Hassle Free Homework (Cómo ayudar a tu hijo con los deberes; deberes sin problemas), etc.
No hay duda de que estamos ante un tema de enorme relevancia para casi todos los que conviven con niños y jóvenes —un tema ante el quemuchos nos sentimos frustrados, confundidos o incluso enfadados—. Pero a pesar de nuestra preocupación, rara vez se cuestiona la creencia de que se deberían seguir mandando deberes.
Esta postura de aceptación generalizada sería comprensible si, de vez en cuando, la mayoría del profesorado decidiera que un determinado tema debe continuar después del colegio y, entonces, se pidiera a los alumnos que leyeran, escribieran, investigaran, o hicieran algo en casa esa tarde. Podríamos plantearnos dudas sobre ciertas tareas pero, al menos, sabríamos que los profesores están aplicando un criterio, decidiendo caso por caso si las circunstancias realmente justifican la intromisión en el tiempo familiar, y valorando la probabilidad de que el resultado sea un aprendizaje significativo.
Este escenario, sin embargo, no tiene nada que ver con lo que sucede en la mayoría de los colegios e institutos. Los deberes no se limitan a los momentos en que parecen adecuados e importantes. Lo que la mayor parte del profesorado y responsables educativos está diciendo no es: “Hacer este proyecto concreto en casa puede ser útil”. Sino que más bien, el punto de partida parece ser, “Hemos decidido de antemano que los niños tienen que hacer algo todas las tardes (o varias tardes a la semana, o todos los fines de semana). Ya se nos ocurrirá qué les haremos hacer’ La práctica mayoría de los centros educativos —públicos y privados, de primaria y de secundaria—acepta este compromiso genérico con la idea de los deberes en abstracto. Incluso muchos colegios supuestamente progresistas establecen criterios que especifican el tiempo que los niños de una determinada edad deberían dedicar a algún tipo de tarea
escolar en casa.
¿Alguien se ha planteado la necesidad de cuestionar todo esto? Considera el siguiente párrafo extraído de un artículo aparecido
en la revista Parents:
Si no se obligara a los niños a aprender cosas inútiles y sin sentido, entonces los deberes serían absolutamente innecesarios para el aprendizaje de las asignaturas ordinarias. Pero cuando se exige la acumulación de una gran cantidad de datos con poca o ninguna importancia para el niño, el aprendizaje es tan lento y costoso que el colegio se ve obligado a requerir la ayuda de casa para salir del lío que el propio colegio ha generado.
Quien sea lector habitual de esta revista pero no recuerde haber leído esta provocativa declaración, tal vez sea porque el artículo apareció en el número de noviembre de 1937. El autor era un superintendente escolar llamado Carleton Washburne, nombre que recibió como homenaje tras su muerte un colegio de su ciudad natal, Winnetka (Illinois). Para comprender el drástico cambio que, desde entonces, se ha producido en la actitud de la sociedad, lo primero que vemos en la página web del Washburne School es
un “enlace a los deberes escolares de los alumnos”.
Y, naturalmente, los lectores de las principales revistas y periódicos actuales ya sabemos de qué manera se trata este tema. Por ejemplo, el ejemplar de febrero de 2004 de Parents incluía un artículo que aceptaba de forma acrítica la propuesta de que todos los niños deberían tener deberes para casa desde primero de primaria; y luego procedía a ofrecer sugerencias prácticas de cómo ayudar a los niños “a centrarse y a terminar” lo que les hubieran mandado.
Cualquiera que no esté satisfecho con este tipo de consejos puede sentir una punzada de nostalgia por el inteligente cuestionamiento y el pensamiento progresista tan común entre 1920 y 1940. Lamentablemente, hoy sigue siendo necesario utilizar los mismos argumentos y luchar las mismas batallas contra las mismas prácticas y creencias a las que se enfrentaron Washburne y sus colegas. Pero esto no significa que los supuestos “movimientos pendulares” en el pensamiento educativo se correspondan con cambios en la práctica. Hablando de la educación en su conjunto, las teorías progresistas han generado periódicamente un aumento del interés entre investigadores y teóricos, pero nunca han hecho serias incursiones en la mayoría de las aulas. La frase “volver a lo básico” es un concepto equivocado. En realidad, no hace falta volver, nunca nos hemos ido.
Con respecto a los deberes en particular, es igualmente importante ser conscientes de que los cambios en las actitudes por parte de los investigadores o, incluso, de la sociedad en general, no se traduce necesariamente en variaciones significativas en la cantidad de deberes que los estudiantes realmente tienen que hacer. Es fácil confundir lo que se debate con lo que se hace. Por ejemplo, un artículo de 1999 en el New York Times incluía esta observación: “Una vez que el péndulo oscila hacia un lado, se necesita mucho tiempo para invertir la dirección; pero hay signos de que el exceso de deberes escolares que sufren los niños pequeños está pasando factura“. Es probable que la segunda mitad de la frase sea cierta y que, como ha ocurrido en otros momentos, algunos articulistas hayan tomado nota de lo que está ocurriendo. Pero eso no significa que el péndulo esté oscilando o, metáforas mecanicistas aparte, que se esté haciendo algo para evitar que los niños paguen esta factura.
Final del libro

Cambiando la forma de pensar

Es desconcertante que muchas escuelas que se describen, con orgullo, como “progresistas” o “alternativas”, manden tareas tradicionales de manera habitual en cuanto los niños llegan a tercero o cuarto de primaria y, algunas veces, incluso antes. Es igualmente desalentador enterarse de que otras escuelas intentaron trazar un rumbo diferente, para verse obligadas al poco tiempo a volver al redil. Un colegio de primaria en Oregon logró abolir los deberes, solo para que llegara un nuevo director y, rápidamente, los restableciera. En la ciudad de Nueva Jersey, las familias de mentalidad tradicional frustraron un intento del equipo de una nueva escuela para que los niños pasaran las tardes como quisieran. Algunos educadores me dicen que, como mucho, pueden limitar la cantidad de deberes que mandan a los niños, o tratar de hacerlos lo más pensados posible.
Cambiar el valor por defecto no es fácil, sobre todo en lugares donde el compromiso con el valor de los deberes está más cerca del dogma religioso que de la hipótesis científica. De hecho, incluso su cuestionamiento, muchas veces, no es bienvenido —como hemos visto con documentos como la posición adoptada por la PTA/NEA, que insta a los padres a “hacer ver a los niños que piensan que los deberes son importantes” (p. 116). En lugar de reclamar a los adultos que den ejemplo de pensamiento crítico, el mensaje es seguir la corriente. “Algunos críticos argumentan que los deberes son inútiles, incluso cuando los estudiantes son diligentes en hacerlos, y que las escuelas deberían eliminarlos”, reconoce un conocido escritor sobre temas educativos. Sin embargo, “en vez de debatir la utilidad de los deberes —dice— asumamos que mientras estén ahí, los padres deben hacer todo lo posible por apoyarlos”. Es difícil imaginar una declaración más precisa de lo que significaría para cualquier persona reflexiva —y padre preocupado— abdicar de sus responsabilidades. Insistir en que debemos apoyar cualquier política que esté en vigor, incluso una que pueda ser perjudicial, es un consejo profundamente perverso en cualquier contexto. Teniendo en cuenta que estamos hablando de educación, la contradicción es especialmente lamentable.
Otros, por su parte, sugieren que los padres preocupados por ver a sus hijos pasar una tarde tras otra haciendo tareas inútiles no deberían quejarse, sino complementar los deberes con actividades más interesantes de su propia creación. “Si la escuela insiste en hacer que los estudiantes memoricen montañas de información sobre, por ejemplo, Asia Central, sin hacer este aprendizaje significativo”, los padres podrían “sacar un libro o alquilar una película que les acerque más vivencialmente a esta región”, propone un experto. Sin embargo, esta idea también resulta problemática. En primer lugar, plantea serias preocupaciones sobre la equidad: solo algunos padres tienen el tiempo, la formación y los recursos para proporcionar a sus hijos un tipo de enriquecimiento del que deberían poder beneficiarse todos los niños; evitar hablar sobre los deberes es hacernos cómplices de la ampliación de la brecha de desigualdad social en la próxima generación.
En segundo lugar, un montón de tareas no solo resultan inadecuadas, son perjudiciales. Transmite a los niños la idea de que aprender sobre lugares lejanos (o la poesía o conceptos matemáticos) es algo aburrido y sin sentido, y elimina su deseo de explorar ideas. Como ocurre con muchos otros temas educativos, los beneficios de añadir buenas prácticas son limitados, a no ser que también estemos dispuestos a trabajar por la eliminación de las malas prácticas.
Podemos evitarlo: debemos animarnos unos a otros (y a nosotros mismos) a repensar la creencia básica de que los deberes son inevitables y deseables. Deberíamos debatir sobre su valor y, si estamos convencidos de que hacen más mal que bien, posicionarnos en su contra. Los profesores deberían hablar sobre el tema con sus colegas, así como con los padres; los padres deberían hablar con sus amigos, así como con los profesores de sus hijos. Compartir información es una forma de ayudar a que esto ocurra, como encontró Bethany Nelson en la Sparhawk School. Del mismo modo, Ruth Lazarus, una trabajadora social del área de Chicago, comenta: “Los padres suelen tener tal ansiedad por las consecuencias de que sus niños no completen sus deberes, que yo diría que es la principal fuente de estrés para la mayoría de las familias con las que trabajo que tienen niños en edad escolar. Sin embargo, los datos ofrecidos por la investigación se han mostrado verdaderamente útiles para aliviar este estrés. Puesto que la investigación no corrobora el valor [de los deberes], muchas familias pueden relajarse”.
Aquellos que siempre han asumido que los deberes son necesarios puede que no sean muy receptivos a ver cuestionadas sus ideas, al menos al principio. Phil Lyons, profesor de ciencias sociales afirma que la posibilidad de cuestionar los deberes lleva a algunas personas a reaccionar de la misma manera que hacen los creacionistas “cuando les intentas explicar la teoría de la evolución. A pesar de todos los argumentos lógicos, se niegan a creer que menos deberes puedan llevar a más y mejor aprendizaje“. Pero enseguida agrega que se puede invitar con éxito a que muchas personas reconsideren sus creencias, incluso cuando estamos hablando de estudiantes más mayores —e incluso en los sectores en los que se consideran los cursos de bachillerato principalmente como una fuente de credenciales para la admisión en universidades selectivas—:
He encontrado un montón de hostilidad por parte de padres que piensan que sus hijos están siendo estafados porque llegan a casa y dicen que no tienen deberes. Pero después de explicárselo, la mayoría se muestra favorable y apoya esta política. Los adultos reconocen abiertamente que no recuerdan nada sobre las elecciones de 1876 de cuando estudiaban historia en bachillerato, y que otros aprendizajes y experiencias eran más importantes. Una vez que les explico que esos importantes aprendizajes y experiencias se consiguen mejor sin necesidad de mandar deberes repetitivos, generalmente pasan a mostrarse de acuerdo.
Otros padres, por su parte, no necesitan que les convenzamos de que los deberes son generalmente inútiles y estresantes; necesitan que se les convenza de que hablar sobre esta evidencia es importante. Aquí tienes a Kathy Oliver, profesora de tercero de primaria en Washington:
Lo que he encontrado es que la mayoría de los padres no quieren la pesadez de los deberes, pero tienen miedo de renunciar a ellos porque las cosas siempre han sido así. El año pasado envié en enero una encuesta para ver cuál era el sentir de los padres, y de veintiséis padres, solo dos respondieron que deseaban que hubiera más deberes tales como memorizar las tablas de multiplicar o la ortografía. También tengo padres qué me cuentan lo que pasa en cuarto de primaria, con dos horas de deberes todas las tardes, y cómo lo odian. Hace poco una madre sacó a su hija del colegio y se la llevó a otro centro por esta razón. Aunque la animé a que se lo comentara al director, no lo hizo. Me dijo que muchas otras madres sentían lo mismo pero que tenían miedo de “complicarse la vida”.
Katharine Samway era una de esas madres que habían aceptado su papel “como supervisora delegada…de la escuela”, “una guardiana del status quo educativo”. Supervisar el ritual diario de los deberes llegó a ser “del todo intolerable para su hijo y para sí misma”. Permitió que “algunas tardes el precioso tiempo en familia y su equilibrio psíquico se erosionaran, e incluso se destruyeran” porque no “quería ser criticada por no apoyar la educación de mi hijo”. Pero al final se plantó. “He permitido demasiadas tardes que las obligaciones impuestas por el profesor reemplacen las necesidades e intereses de mi familia”. Se vio pensando: “Tenéis a nuestros hijos durante seis horas, cinco días a la semana. ¿No podemos disponer de algo de tiempo para hacer lo que queramos con ellos?” Hasta que un día decidió decirle a su hijo: “No, no puedes hacer tus deberes hasta que hayamos vuelto del espectáculo/ regresado del paseo en bicicleta/acabado de jugar al fútbol/leído el libro, el capítulo o el poema”. Llegó a la convicción de que cuando las prioridades de la escuela están equivocadas, no hay que aceptarlas. La familia es lo primero. Los niños son lo primero. El verdadero aprendizaje es lo primero.
A estas alturas ya no te sorprenderá saber que Katharine Samway es profesora, a la vez que madre. Su experiencia como madre le enseñó el lado negativo de los deberes —lo que quitan—. Su experiencia profesional le dijo que no había mucho en el lado positivo; había poco que perder poniendo el poema o incluso el paseo en bicicleta por delante de las tareas de clase. Por supuesto, por valiente que fuera su decisión, lo que comenzó a hacer era solo una medida provisional que rescataba a su propio hijo. Pero decidió publicar sus reflexiones en una publicación educativa, con la esperanza de ayudar a que sus colegas repensaran sus prácticas.
Si este libro ha establecido algo, es que las fuerzas responsables de que los deberes atiborren las mochilas de nuestros hijos son múltiples y poderosas. Pero ya hemos superado esas fuerzas en otras ocasiones. Hemos cuestionado otras creencias infundadas, rescatado a otras personas que no tenían poder para defender sus propios intereses, cambiado otros por defecto. Si los deberes persisten a causa de un mito, nosotros les debemos a nuestros niños —a todos los niños— luchar por una política que se base en lo que es verdadero y tiene sentido para ellos.

 Articulo de El País 

El colegio de A Coruña donde los deberes están prohibidos por ley

Las denuncias de un padre fuerzan a que en un centro se cumpla una norma de 1997 que impide poner tareas

 Santiago 30 MAY 2013 - 18:40 CET

A los alumnos de los primeros cursos de primaria del colegio del Isidro Parga Pondal, en el municipio coruñés de Oleiros, no se les puede poner deberes para hacer en casa y esto es así porque un padre se ha acogido a la literalidad de una orden de la Consellería de Educación de 1997 en la que se estipula que a los niños no se les puede mandar trabajo para casa. Una norma que lleva vigente 16 años en Galicia y que en la práctica solo se aplica si alguien presenta una reclamación.
Desde el colegio reconocen que un inspector se personó en el centro tras recibir una queja de un padre por la cantidad de deberes que tenía que hacer su hijo y que desde ese momento se ordenó cumplir la orden y se prohibió a los profesores mandar ejercicios a los alumnos. De la norma administrativa se salvan pequeñas excepciones: “Si un niño está enfermo se le pueden mandar cosas para que recupere los días que perdió, algunas lecturas de periódicos o trabajos de investigación pero muy poco y en casos muy puntuales”, reconoce un portavoz del colegio.
"El hogar no debe ser un espacio de aprendizaje, sino un lugar donde se afiance lo que se ha aprendido en clase, de refuerzo", piensa la pedagoga María Teresa Rodríguez Estévez. "Si un padre denuncia es que probablemente el niño traiga tareas que no ha visto en clase. Y los deberes deben ser de cosas que el niño ya sabe hacer, no nuevas. Sino los padres tienen la sensación de que los niños no hacen nada en el colegio, que vuelven como salieron por la mañana. Tiene que haber una responsabilidad repartida de las familias y los profesores", razona la coordinadora de preparadosparaaprender.com. "Las tareas tienen que servir para establecer rutinas pero dejando tiempo para otras actividades y estar individualizadas".
La mayoría de los padres se muestran contrarios a esta situación y han decidió recoger firmas para defender la libertad de los profesores para desarrollar sus programas educativos. “En el colegio que está a cuatro kilómetros los niños tiene que hacer los deberes y no hay ningún problema”, afirma Belén Fernández, una de las madres del centro, que han decidido recoger firmas para presentarlas ante la Consellería para que derogue esa orden . “Yo conozco padres que han ido a tutorías porque sus hijos van mal en matemáticas y no han conseguido que los profesores les pongan ejercicios de refuerzo por miedo a las inspecciones”, reconoce Fernández. Algunos educadores del colegio han sufrido hasta tres inspecciones en lo que va de curso. Desde la ANPA se han limitado, hasta el momento, a ofrecer su apoyo logístico a los que quieren recoger las firmas. "Vamos a convovar una asamblea porque tenemos padres a favor y en contra de las tareas escolares, hay que debatirlo y tomar una decisión", aseguran desde la asociación.
En la Consellería de Educación aseguran que hasta que se apruebe la ley Lomce del Gobierno no tiene previsto plantearse la posibilidad realizar algún cambio en esta normativa. Y que por lo tanto es de obligado cumplimiento por parte de los centros. En España, casi un tercio de los alumnos de primaria excede ese tiempo de dos horas diarias que señala como límite lógico la profesora Diane Ravitch. Además, la Sociedad Española de Psiquiatría, han alertado del aumento del estrés entre unos niños cuyas agendas no dejan de crecer. Más del 90% de los  estudiantes españoles de enseñanza obligatoria (de 6 a 16 años) desarrolla alguna actividad extraescolar, y algo más de la mitad, dos o más a la semana.
El pasado enero la La Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos CEAPA se mostró contraria a un "exceso de deberes" creciente en España. Y remarcó el hecho de que la sobrecarga puede provocar desigualdades sociales entre los niños con desigual nivel socioeconómico y cultural. El Ministerio de Educación, que no tiene constancia de ninguna denuncia más por este motivo en España, recuerda que las competencias educativas están transferidas a las autonomías y no puede interferir. 
En 2009 dos abogados canadienses consiguieron que sus hijos dejasen de hacer cada tarde deberes, al considerar que las tareas no ayudaban a su formación académica, convirtiendo su casa en un "un segundo turno". A cambio, los niños tendrían que hacer el trabajo en clase, acudir cada día suficientemente preparados y estudiar para los exámenes. En su hogar, en cambio, la Justicia determinó que tendrían que leer diariamente y practicar con los instrumentos musicales.

martes, 28 de mayo de 2013

Por una escuela laica

Respetamos todas las opiniones, y nos hacemos eco de la diversidad de familias qué componen nuestro AMPA.  Desde esta posición qué debe recoger los diferentes puntos de vista, para aquellas familias qué optan por una educación laica, os comunicamos que existen iniciativas como esta, qué piden una escuela laica.

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La educación es el motor que promueve el bienestar de un país y supone facilitar el desarrollo personal y la integración social. Así se recoge en el preámbulo del recién aprobado proyecto de Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE), que introduce un buen número de modificaciones sobre la actual ley. Una de las más llamativas es la que considera la religión católica materia evaluable y computable para la nota media del alumno. Por primera vez desde la aprobación de la LOGSE en 1990, la calificación que obtenga un estudiante en esta asignatura condicionará sus posibilidades de acceso a la universidad e influirá en la obtención de becas y ayudas.

El proyecto de la LOMCE responde a varias de las históricas reivindicaciones de los obispos ya que crea una asignatura alternativa a la religión –Valores éticos– con fuerte carga lectiva que empuja a los alumnos a optar por la primera. Además, se acaba con Educación para la Ciudadanía. Las diferentes confesiones religiosas presentes en España tienen derecho a divulgar su doctrina y su fe pero deben hacerlo en sus propios espacios y centros de culto. La educación forma parte del espacio de lo público, mientras que la religión pertenece al ámbito privado.

Los expertos en educación coinciden con este planteamiento: "Es un exceso total. Lo razonable sería sacar todo elemento confesional de la escuela", asegura Julio Carabaña, catedrático de Sociología de la Facultad de Educación de la Universidad Complutense de Madrid. "Para nosotros, la LOMCE significa un retroceso, volver a los años 70, que la nota de religión cuente no entra dentro de un sistema moderno. La religión en la escuela no tienen ningún sentido, y aunque tenemos un apoyo muy alto para que se retire, los políticos del PP parecen estar a otras cosas", añade Francisco Delgado, presidente de Europa Laica. 

La separación descrita es la que se da en otros países europeos como Francia, donde a raíz de la aprobación de la Ley 2004/228 la legislación prevé que las escuelas elementales públicas faciliten un día semanal para la instrucción religiosa fuera del centro escolar y dispone que dicha formación sólo podrá impartirse fuera del horario lectivo. En resumen: la enseñanza de la religión debe salir de las aulas públicas y del currículo de los estudiantes.






LOMCE, la contrarreforma- CEAPA expresa su opinión durante su encierro



Dios y Einstein

Puntuará tanto traducir la Eneida como cantar el Venid y vamos todos con flores a María

Artículo de  en el diario el país 24 MAY 2013 

Un dios que necesita puntuar para la nota media tanto como el Teorema de Pitágoras, es un dios con la autoestima por los suelos. Pero es el dios que el Gobierno de Rajoy acaba de introducir en nuestro sistema educativo, el dios de los siniestros Rouco Varela y Martínez Camino, el dios del recientemente fallecido general Videla, de misa y comunión diarias, el dios que perdona al violador y excomulga a la violada por deshacerse de su semilla, el dios que iluminó a Bush y Aznar, entre otros, para bombardear a la población civil de Irak y poner en marcha los centros de tortura conocidos como cárceles secretas, el dios de Franco, que creíamos olvidado, el de Pinochet y el de su amiga íntima, Margaret Thatcher, un dios neoliberal, ultracapitalista, partidario de las privatizaciones en curso, de la reforma laboral, de las leyes misóginas de Gallardón, de los paraísos fiscales, el dios de Ana Mato, de Bárcenas, de Wert, el dios de Ana Botella…
Más que un dios, si lo piensas, parece un tipo con problemas de reconocimiento público. Pues bien, ya lo tenemos en los libros de texto, a la altura de los grandes físicos de la historia, de los más famosos matemáticos, a la altura de los más laureados lingüistas, de los grandes poetas, a la altura de Verlaine o de Rimbaud, con los que se codeará en los exámenes de fin de curso. Puntuará tanto traducir la Eneida como cantar el Venid y vamos todos con flores a María. Quizá esta hazaña legislativa de la Conferencia Episcopal, aliada con un Gobierno meapilas, acabe constituyendo la prueba más palmaria de que dios no existe o que, de existir, es un pobre diablo. En eso lo han convertido al menos quienes se arrogan el monopolio de su representación. Esperamos, ansiosos, las opiniones de quienes, creyendo sinceramente en él, renuncian por eso mismo a hacerle competir con Einstein.

lunes, 27 de mayo de 2013

El sarcasmo: un arma peligrosa con nuestros hijos

Por Elena Roger Gamir , pedagoga del Gabinete Solohijos 


El sarcasmo: un arma peligrosa 

Dos de las armas más eficaces para destruir la comunicación de la familia son la ironía y la insolencia. Ambas son primas hermanas y conviven disfrazadas de mil formas en nuestra casa.

Creemos que son mejores que los gritos o las amenazas, que los insultos o la burla pero no nos damos cuenta que el sarcasmo hiere profundamente la autoestima de los niños (y de lospadres), crea distancia entre ambos y distorsiona totalmente el mensaje que se quiere trasmitir.

Cuando le hablas con sarcasmo:

  • Le enseñas un modo irrespetuoso de hablar y relacionarse con los demás.
  • Le faltas al respeto.
  • Le dices implícitamente que no es suficientemente valioso para ti.
  • Le separas emocionalmente de ti.
  • Te colocas ante él en una relación desuperioridad alienante.
  • Le provocas el deseo de llevarte lacontraria y desafiarte.
  • Lastimas fatalmente su autoestima.

Nos quejamos de que nuestros hijos son insolentes y arrogantes pero ¡cuántas veces hemos caído nosotros en el mismo defecto, siendo adultos y modelos a imitar!
Padres irónicos, familia incomunicada

Puedes enviar el mismo mensaje a tu hijo sin utilizar la ironía. Incluso estando enfadado, puedes describir tus sentimientos sin necesidad de ser irrespetuoso y caustico. Solo necesitas entrenamiento. 


viernes, 24 de mayo de 2013

Web del Maestro nos ofrece, Técnicas: estudio primaria


Técnicas: estudio primaria


Por medio de estas técnicas: estudio primaria, se pretende ofrecer una ayuda a nuestros alumnos para que su estudio sea más eficaz. Con ellos se trabaja la “competencia para aprender a aprender”. Para conseguir el objetivo de estudiar de forma eficiente el alumno de primaria debe reunir estos tres requisitos básicos:
. Poder: Tener los recursos materiales, la capacidad y la aptitud.
. Querer: Estar motivado
. Saber estudiar: Manejar las técnicas de estudio.
TÉCNICAS DE ESTUDIO
En este dossier sobre técnicas: estudio primaria, se desarrollan estas cinco ramas:
1.Organización: Prepara el material necesario, programa el estudio, tiempo, lee de forma activa, memoriza y repasa.
2.Plan de trabajo: Lugar, horario y equilibrio.
3. Estudio eficaz: Tareas previas, subrayado,el esquema y el resumen.
4. Preparar el examen.
5.Durante el examen.
Para ampliar la información sobre estos cinco puntos, descarga debajo las técnicas: estudio primaria:

REUNIÓN ASAMBLEA JUNTA GENERAL DEL AMPA

A.M.P.A. “LOS ROSALES” OS CONVOCA A TODOS LOS PADRES A LA REUNIÓN-ASAMBLEA JUNTA GENERAL 

EL PRÓXIMO JUEVES 30 DE MAYO A LA 16:10H. JUNTO A LA SALA DEL AMPA.

ORDEN DEL DÍA:
1. Aprobación Cuentas Anuales

2. Resumen Actividades y propuestas para el curso 2013-2014

3. Relación y Cooperación comunidad Educativa

5. Presentación y Aprobación nueva Junta Directiva

4. Ruegos y Preguntas

DADA LA IMPORTANCIA DE  LOS TEMAS A TRATAR Y QUERIENDO QUE APORTEIS IDEAS, ESPERAMOS VUESTRA PRESENCIA.


AMPA. JUNTA DIRECTIVA

martes, 14 de mayo de 2013

FIESTA DE SAN ISIDRO EN NUESTRO COLEGIO

IMFORMAMOS QUE FINALMENTE EL COLEGIO HA DECIDIDO NO INVITAR, COMO VENÍA HACIENDO OTROS AÑOS, A LOS PADRES A LA FIESTA DE SAN ISIDRO.

EL AMPA ANTE LA DIFICULTAD DE ENCONTRAR PADRES VOLUNTARIOS PARA LA FIESTA QUE EL COLEGIO VIENE HACIENDO A LAS 14H45 PARA SAN ISIDRO, PROPUSO AL COLEGIO QUE PARA NO ELIMINAR UNA CELEBRACIÓN CONJUNTA DE LA COMUNIDAD EDUCATIVA VALORARA OTRAS ALTERNATIVAS 

EL AMPA OS INVITA A PARTICIPAR EN LA FIESTA QUE HABRÁ A PARTIR DE LAS 16H.


ELECCIONES PARA LA JUNTA DIRECTIVA AMPA LOS ROSALES


Los recortes en educación pública nos afectan seriamente en nuestro barrio. Medidas a tomar desde las Asociaciones y los colegios afectados.

Los recortes qué están imponiendo desde la Consejería de Educación a la Escuela Pública, afectan seriamente a nuestro barrio, un barrio obrero del sur de Madrid. Y otra carga más para las familias humildes a las qué agobian y asfixian ya los múltiples sacrificios . 
De hecho varias familias de nuestro centro qué solicitaron en su día la opción qué el año pasado ya nos proponían de forma tan vehemente desde la Consejería de la Comunidad de Madrid, y a la qué se opusieron asociaciones de padres y vecinos, se han quedado sin plaza en la primera opción elegida en el CEIPSO El Greco. Una chapuza qué nos vendieron para evitar la construcción de un INSTITUTO, qué es lo qué realmente necesita el barrio de Villaverde. 
Desde esté lado, como vecino, la cosa a muchos nos parece, cómo sí quisieran ponernos el más difícil todavía para qué nuestros hijos, habitantes de un barrio obrero del sur de Madrid no se les quisiera poner fácil el acceso a los estudios universitarios, porqué la realidad es qué hoy por hoy un barrio como es el antiguo Villaverde Bajo no tiene, ni ha tenido nunca un Instituto donde cursar Bachiller, estudios superiores necesarios para una carrera universitaria . Y yo preguntaría a los señores políticos ¿porqué han decidido qué ellos y nosotros no nos lo merecemos?

Como forma de protestar contra esto, AVIB (la Asociación de Vecinos independiente de Butarque) ha propuesto las siguientes iniciativas:




Estimad@s vecin@s: 

Continuando con su habitual política, la Comunidad de Madrid pretende aplicar nuevos recortes a la educación de l@s niñ@ del barrio.

En el colegio El Greco pretenden reducir dos grupos en cuarto y quinto de primaria. De esta forma, de los 5 grupos de tercero de primaria con 117 alumn@s, se pasaría a 4 de casi 30 niños. De tres grupos de cuarto de primaria con 63 alumn@s, se reduciría a dos grupos con más de 30 niños.

Esto supone masificar las aulas, reducir el número de profesores y alterar los grupos que actualmente existen, perjudicando gravemente la educación de l@s niñ@s.

Esta medida se engloba dentro de la política de recortes y chapuzas a la que ya estamos acostumbrados. Detrás de la reducción de grupos, además del despido de profesores interinos, se encuentra el problema de que la Consejería de Educación sabe que sin la construcción del instituto l@s niñ@s no caben en el centro, ni con la finalización del Ausias March.

Por eso, en esta ocasión les ha tocado a los alumnos de tercero y cuarto, pero de la misma forma puede pasar en los próximos meses con otros grupos, con otros centros, o incluso con el primer curso de infantil, lo que afectaría también a l@s niñ@s que todavía no han comenzado el colegio. Es decir, es un tema que afecta a todo el barrio.

El AMPA de El Greco ha comenzado una campaña de recogida de firmas.

Se ha abierto la posibilidad de firmar on-line en el enlace https://www.change.org/es/peticiones/direcci%C3%B3n-area-territorial-madrid-capital-comunidad-autonoma-de-madrid-no-a-la-masificaci%C3%B3n-de-ni%C3%B1os-en-aulas-salvemos-lo-p%C3%BAblico

Es importante que apoyéis estas acciones y otras que se puedan ir convocando. Están en juego la educación de nuestr@s hij@s y la construcción del instituto que el barrio tanto necesita.

lunes, 13 de mayo de 2013

Comedor escolar sin IVA.(Artículo de la web pequelia)


Parece ser que la Comisión Europea va a pedir explicaciones al Gobierno de nuestro país por aplicar el IVA a los servicios de cuidado infantil en horario extraescolar, como pueden ser por ejemplo los comedores escolares, la razón es sencilla, la Unión Europea permite que no se deba pagar este impuesto por el servicio, sin embargo en nuestro país se aplica el IVA encareciendo aún más el coste de los comedores escolares. Sabiendo esto, es necesario que los padres exijan uncomedor escolar sin IVA. Esta actitud del Gobierno de España tiene que ver con en el afán recaudatorio para cumplir con el déficit, no importa si con ello se deprime aún más la economía de las familias.
El requerimiento europeo nace fruto de las interpelaciones de los eurodiputados de Convergència i Unió, Iniciativa y PSC, estos parlamentarios denunciaron hace algunos meses que el Ministerio de Hacienda estableció que se impusiera un IVA del 21% a las actividades extraescolares y servicios de comedor escolar para aquellos alumnos a partir de 6 años de edad, para los menores la tasa se reduce al 10%. Estos grupos políticos indican que es algo contrario a la legislación comunitaria, aunque hay que matizar, no es lo mismo una obligación que una posibilidad, como decíamos, la legislación de la UE permite no aplicar el impuesto, pero no indica que esté prohibido hacerlo.

De todos modos es una reclamación justa y coherente, si la UE lo permite, por qué no se hace, bastantes cargas pesan sobre las familias y no se deberían aplicar impuestos a todo aquello que esté relacionado con el mundo de la infancia, concretamente con la educación y la alimentación. Parece que todo el peso del mal hacer de políticos, compañías, entidades bancarias, etc., debe recaer sobre las familias, esto es algo que no se debe permitir. A todo esto contesta el Ministerio de Hacienda explicando que los comedores escolares no pagan IVA siempre que sea el propio centro el que realice la prestación, claro, como los comedores escolares ya no funcionan como antaño y están en manos de otras empresas, son muy pocos los que están exentos de pagar IVA. Pero además argumenta a que no ha habido advertencia o recordatorio sobre este tema por parte de la UE.
El Ministerio de Hacienda asegura que se aplica de forma estricta la normativa europea en lo que respecta a los comedores escolares, éstos no pagan el impuesto y vuelven a mencionar la condición de que sea el propio centro el que ofrezca este servicio como condición obligada. Es una excusa pobre, no importa quién preste el servicio, a fin de cuentas la finalidad es la misma, en este sentido Bruselas debería realizar los cambios legislativos oportunos si realmente le preocupa el tema, y facilitar el acceso a los comedores escolares y actividades extraescolares sin IVA.
Podríamos comparar este tema con el IVA del material escolar considerado “capricho”, como por ejemplo los materiales para las manualidades, materiales que piden los profesores “¿caprichosos?” Se buscan fórmulas e interpretaciones legislativas para poder cargar todo lo posible sobre la población, otro ejemplo vergonzoso y más sabiendo cómo está la situación económica, es tener que pagar por llevar la fiambrera al colegio. En fin, no creemos que se produzca ningún cambio, debe ser la UE la que legisle sobre este tema y da la impresión de que a pesar de haber escuchado las reclamaciones, poco se hará al respecto. Podéis conocer más detalles de la noticia a través del artículo publicado en el periódico digital El Mundo.