Desde la última vez que colgué el post recomendando un bonito cuento sobre un padre que iba a una tienda de paciencias, no dejan de llegar a mí, artículos y lecturas sobre este tema.
Tal vez, más bien sea que ahora estoy más sensible a este enfoque, viendolo todo desde esta óptica, y trato de recuperar de alguna manera tiempo para dedicar a mí hija desde una forma de vivir más tranquila.
Es curioso, los niños no tienen esta necesidad de dejarse arrastrar por el economizar tiempo corriendo de un lado a otro, no nos entienden y nos miran con ojos asombrados, cuando no aterrorizados, por esa forma casí constante en la que les decimos
"vamos date prisa, llegaremos tarde ó no nos dará tiempo a.....". Creo que debe ser la frase más pronunciada por los adultos con respecto a los niños.
Pero en el fondo nosotros mayores deberíamos aprender mucho de ellos, de esa manera suya, tan propia de entregarse al juego o a las cosas que hacen sin pensar en nada más.
Este tratar de volver a aproximarse al mundo de los niños, y darnos lecciones de vida asombrosas la tenemos en dos preciosos libros que últimamente he releído:
- "Momo" de Michael Ende, qué ya recomendaba en su día junto a una película de dibujos animados que se había hecho sobre él. El post se puede encontrar pinchando aquí.
- "El principito" de Antoine de Saint-Exupéry.
Por otro lado una amiga me envío un artículo de El País, dónde se hace una entrevista a un profesor de primaria José Castaño de 92 años, un ejemplo de paciencia y profesionalidad que personalmente me ha emocionado mucho, y del que destacaría su opinión :
"No creo que los niños de ahora sean peores que los de antes"
José Castaño tiene una perspectiva única de la educación. Represaliado tras la Guerra Civil, recuperó su plaza de docente en 1975. Hoy, con 92 años, y sin cobrar, sigue dando clase.
Para leer esta entrevista pinchar
aquí Y por último , la profesora de mí hija nos recomendó una estupenda colección: "El abecedario de los sentimientos" de la autora Violeta Monreal, y publicado por la editorial Gaviota (Grupo Everest).
Son un total de 27 libros-cuentos , que utilizan cada una de las letras del abecedario para dar entrada a un sentimiento y su contrario, del que parten para narrar un cuento.
Pues bien cuando llegamos al de la Ira, mi hija en seguida dijo: "mama eres tu". Y efectivamente porque lo contrario de la Ira es...¿lo adivináis? LA PACIENCIA. Pincando
aquí podéis ver la ficha del libro.
